A partir del pasado 1° de septiembre empezaron a ser retiradas del mercado las lámparas incandescentes de más de 100 vatios y se calcula que llevará meses hasta que desaparezcan en su totalidad.
En el uso cotidiano de estas lamparas de bajo consumo se puede observar como la variedad de marcas, consumos y geometrias hacen las cosas mejor o mas insoportables. La baja calidad de la mayoria de estas lamparas hace que desde el perfil economicista la inversion no valga la pena, desde la cantidad y calidad de luz emitida tambien existen pocos incentivos para comprar estos dispositivos. Y en definitiva, si los que ahorramos energia somos los paises perifericos para que en lugares exoticos donde la Formula 1 tendra un recorrido nocturno…
¿porque debemos sufrir anticipadamente las consecuencias de la mala calidad de flujo luminico, el parpadeo puntual, el riesgo de la durabilidad «extrema» y un costo en dinero que no se compensaria con la reposicion/ahorro en el consumo?
Puerto ambiental 