La ordenanza, aplicable tanto a comercios como a particulares, aunque está en vigor desde enero, tan solo implica por el momento una política de aviso: los cubos que son sorprendidos con desechos orgánicos son señalados con una pegatina roja.
La otra rama de la medida es proporcionar gratuitamente a los ciudadanos unos cubos donde arrojar las sobras de los platos, las servilletas, las hojas del jardín e incluso los cartones.
Seattle se convertirá en la primera ciudad que multe a los ciudadanos que tiren comida a la basura. Desde principios de este año, esta ciudad de 650.000 habitantes en el noroeste de Estados Unidos ha empezado a fiscalizar los contenedores de sus ciudadanos para ver a quién se le ha ocurrido tirar restos orgánicos al cubo, una medida que han apoyado el 74 % de los vecinos.
Una «vuelta de tuerca», a la separacion en origen, apelando al organo mas sensible de los habitantes de la ciudad, el bolsillo. Disciplinamiento economico, cuando no funciona la empatia de los sujetos que viven en sociedad. Una pena la neceidad de esta medida, pero si no alcanza con la «concientizacion», parece la unica salida por ahora.
Esperemos que esta medida resulte exitosa, con mas o menos dolares en las cuentas del municipio. Mas detalles en este sitio.
Puerto ambiental 